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El sentido de la vida

El sentido de la vida

El sentido de la vida constituye una de las cuestiones filosóficas más importantes; a lo largo de la historia de la filosofía se han desarrollado varias teorías con diferentes puntos de vista sobre el citado tema. A continuación, enunciaré los que (en mi opinión) podrían ser más acertados.

Eudemonismo

Su origen histórico y etimológico procede de la antigua Grecia, al igual que su principal representante, Aristóteles. El eudemonismo tiene como característica principal el hecho de ser una justificación de todo aquello que tenga utilidad para alcanzar la felicidad, y afirma que hay que actuar de manera natural; es decir, con una parte animal (bienes físicos y materiales), una parte racional (mente), y una parte social, que consistía en practicar la ‘virtud’, que según Aristóteles se situaba
en el punto medio entre dos pasiones opuestas. En definitiva, el eudemonismo proclama que el fin de la vida humana (sentido de la vida) es alcanzar la felicidad.

Existencialismo

Esta corriente filosófica postula que la vida es una constante sucesión de elecciones y que debemos dar un significado a nuestra existencia nosotros mismos, mediante el libre uso de la voluntad y la responsabilidad.

El existencialismo fue fundado en el siglo XIX por el danés Soren Kierkegaard aunque él existencialista más conocido es Jean-Paul Sartre, filósofo francés del siglo XX.

Sastre propone que la consideración más importante para las personas es el hecho de ser seres conscientes que actúan de forma responsable e independiente en lugar de ser etiquetados con roles, estereotipos u otras categorías preconcebidas. La vida real (el sentido de la vida) de cualquier persona está determinada por sus actos, no por ideas innatas.

En mi opinión, estas dos corrientes filosóficas tienen ideas bastante acertadas pues, en cuanto al eudemonismo, todos tenemos como fin alcanzar la felicidad; y en cuanto al existencialismo, también nos consuela creer que somos nosotros los que damos sentido a nuestra vida a través de nuestra familia, trabajo o cualquier otro factor de nuestra vida al que tengamos aprecio.

Dejando de lado que prácticamente cualquier teoría sobre el sentido de la vida puede llegar a ser válida dado que no pueden ser analizadas de forma clínica, estas dos corrientes (eudemonismo y existencialismo) son con las que me siento identificado; creo que absolutamente todo el mundo tiene como fin alcanzar la felicidad y también creo que cada persona lo conseguirá de una distinta forma, pues dependerá de las decisiones que tome a lo largo de su vida y de qué es lo que le hace feliz a dicha persona.

José Miguel Gualdrás García